HORARIO DE MISAS VERANO

DEL 15 DE JUNIO AL 31 DE JULIO

DE LUNES A SÁBADO (excepto Martes): a las 20 h.

DOMINGOS: A las 12 horas
A las 20 horas

DURANTE EL MES DE AGOSTO SOLAMENTE HABRÁ MISA LOS SÁBADOS A LAS 20 HORAS

DESDE EL 2 DE SEPTIEMBRE HORARIO HABITUAL:
a las 19 horas

HORARIO DE ACOGIDA

En los LOCALES PARROQUIALES

(José Andreu Alabarta 1-1ª)

Lunes de 17 A 19,30 horas

Miércoles de 19,30 A 21 horas

En los IGLESIA: De lunes a viernes (excepto martes)

De 18 a 19 horas

lunes, 27 de octubre de 2014

DISCÍPULOS DE JESUCRISTO


Estamos tan viciados por nuestra mentalidad consumista, capitalista, competitiva y de mercado, que hemos llegado a ver a la Iglesia como algo distante e incluso le hemos dado el carácter de Servicio Público, considerándola como una institución religiosa, cuya obligación es proveer de productos religiosos a quienes se lo soliciten en función de una supuesta mentalidad creyente; es decir, su misión sería satisfacer las expectativas personales de quienes le piden algo. Como bien dicen los sociólogos, existe un mercado religioso y se busca una religión a la carta.
            Desde la perspectiva cristiana: ¡Qué gran traición al Evangelio haber convertido la pertenencia a la Iglesia -la gran comunidad universal y fraterna de los discípulos de Jesús- en una "organización religiosa", con intereses patrimoniales, preocupaciones administrativas, asuntos de protocolo social; cuando no en auténtico museo de elementos anacrónicos o en mero ornamento festivo, vehículo de tradiciones cultuales!
            Porque la propuesta de Jesús, el Cristo, no se sitúa nunca en lo superficial, lo espectacular o lo superfluo; ni siquiera en la f actitud contemplativa ante el misterio de Dios y la consiguiente devoción o piedad pasiva, intimista y distante. Tampoco la evangelización, el testimonio creyente y la militancia consisten en proselitismo o pretensión de convencer; mucho menos en imposición o afán desmedido de influencia social.
            El discípulo de Jesús, su testigo y seguidor, es por encima de todo un conjurado por la fraternidad, una persona cuya vida manifiesta un modo de afrontar el misterio último de su vida y de la realidad, en relación imprescindible y gozosa con aquel crucificado. Y lo hace así porque solamente este Cristo ofrece un horizonte de plenitud y de esperanza capaz de asegurar a la humanidad y al universo entero que sus aspiraciones y anhelos más profundos y fundantes, ésos que suponen siempre un enigma mientras vivimos en este mundo, pero que están inscritos de tal modo en la textura de la vida que no podemos negarlos, ignorarlos o despreciarlos, ese sustrato invisible pero innegable, no nos llama a la angustia y a la frustración, sino a su culminación, a su cumplimiento definitivo. Es desde ahí desde donde los cristianos nos constituimos en Pueblo de Dios, en comunidad de hermanos, no tanto preocupada por llegar a la perfección  y a la exigencia radical, como por hacer presente esa dinámica del espíritu divino cuya presencia inexplicable conforma nuestras vidas.

            Nada te turbe, nada te espante -decía santa Teresa-, solo Dios basta. Los cristianos no somos consumidores de lo religioso como algo legítimo y privado; sino portadores de lo divino, pregoneros de la auténtica buena noticia, cómplices de un tal Jesús. Esa Iglesia es la que nos propone rescatar el Papa Francisco.

domingo, 19 de octubre de 2014

CAMINAR JUNTOS


La vida cristiana es lo opuesto al conformismo. No solo al conformismo mundano; sino también, y con mucha más radicalidad y contundencia, es lo opuesto al conformismo religioso, a la aparente seguridad de "hacer lo de siempre y como siempre". Por esa actitud aparentemente ortodoxa y pretendidamente fiel es realmente la consecuencia (consciente o inconsciente), de miedo a un seguimiento comprometido y militantes audaz y arriesgado como nos pide el Evangelio.

El testimonio cristiano tampoco puede caer (como nos ocurre con tanta frecuencia, ya que constituye una de las más sutiles y engañosas tentaciones de los cristiano "comprometidos" en exhibicionismo, en populismo y folcloradas. Ni en aran de protagonismo y de influencia social. También el Evangelio se opone a estos comportamientos, cuya promoción nos hace caer en el falso orgullo, la vanidad, la autocomplacencia o la simple celebración festiva sin autentico horizonte cristiano ni exigencia evangélica.

Cuando en algún lugar se establece una comunidad "pública" cristiana, en una parroquia, no se pretende simplemente erigir un lugar del culto o inaugurar un espacio más próximo en el que reunirse  y celebrar los sacramentos, sino que se está anuncian o el Evangelio, una buena noticia: la convocatoria de Jesucristo a caminar juntos constituyéndose en "Iglesia local" dentro de esa red universal que forma la Iglesia como espacio de presencia de Dios en el mundo.

La parroquia debe manifestar, pues, una comunidad viva cuyos miembros caminan juntos (por proximidad geográfica, vecindad, o por afinidad personal y vinculación afectiva), compartiendo el horizonte del Evangelio y constituyéndose en estímulo y ayuda mutua para salir de su individualismo y de un compromiso exclusivamente privado y llegar a ser auténticos discípulos; es decir, no meros seguidores de Jesús en la distancia y en la pasividad, sino miembros vivos de la comunidad que Él quiso fundar para trasparentar la voluntad de Dios, su presencia y su bondad. Todo lo demás, por necesario en iml`rescindible que nos parezca (y realmente puede serlo en un momento determinado o en unas circunstancias concretas) es invento nuestro, siempre provisional y precario.

Caminar juntos porque nos necesitamos, ya que Dios no se nos hace presente en la intimidad de nuestra vida privada y oculta a los demás; sino en la mediación del prójima, en la fraternidad de los discípulos de los que Jesús convoca para seguir ofreciendo a nuestro mundo su misericordia y su perdón. Eso significa para el cristiano el estar incorporado a una parroquia, y ésa debe ser su actividad cuya ejecución da prueba de que en ese lugar existe verdaderamente un discipulado y no una simple "asociación religiosa" o un templo esplendoroso.

La Iglesia de San Isidro del Camí Vell de Torrent fue edificada en el año 1902 "damunt d'un camp de fabes", siendo obra del importante arquitecto de entre siglos Joaquín Mª Arnau Miramón, qúien la diseñó por encargo del arzipreste de Torrente, Salvador Muñoz Alvarez, que hijo de la entonces huerta del Zafranar, después de San Isidro, regaló los terrenos y sufragó el coste de la obra. Desde ese momento actuará como ermita dependiente de la Parroquia de Patraix y en 1941 se elevará a Parroquia de San Isidro Labrador, entrando en 1954 su primer párroco el ecónomo Antonio Tomás Ribes. En 1960 amplía su denominación y pasa a llamarse Parroquia de Ntra. Sra. de los Desamparados y San Isidro Labrador.